Una mujer que evitaba envidiar a otras mujeres
Dejo la rivalidad femenina para saber ser amiga
La presunción para ser la belleza más humilde.
Eres el enamorado resplandor de sol
Pues tus cabellos dibujaron los eclipses
Tus sonrisas testigos apropiados de tus sueños
Eres girasol que se guarda en temprano ocaso
Competiste con tu interior
Con las frivolidades que dividen en lugar de unir
Amaste dejándonos atados a tu amor
Al dulce encanto de tus dichos
Eres leona guardiana de la justicia
Juramento de eternidad para los indefensos
Fuerza para los debilitados
Eres el hada de los desvalidos
Eres y serás Alma para siempre
Una mujer de las que hacen falta
Arturo González Salas
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